Hace tan sólo unas semanas vibrábamos en los pabellones. Contábamos los días para el Campeonato de España, nos preparábamos para los torneos autonómicos, regionales, amistosos, ligas…

Nuestras individuales tenías sus maillots llenos de brillos, sus aparatos desgastados, las punteras  a punto de romperse. Nuestros conjuntos practicaban sus maestrías, lanzamientos, elegían su música… Nuestra escuela estrenaba maillot, depuraba sus ejercicios, planificaba torneos…

Todo era ilusión, ánimo, fuerza y espíritu por competir.

¿Quién nos lo iba a decir?

El cronómetro paró.

De un día para otro, sin previo aviso, dejamos de ver el tapiz, ese suelo suave por el que rodar, dejamos de oír el pitido que da comienzo al ejercicio, ese sonido que supone el principio y el fin, el principio del trabajo y del esfuerzo y el fin de los nervios, de la espera infinita, dejaron sus asientos los jueces, esas personas a las que apenas prestamos atención porque los aparatos ocupan toda nuestra atención, dejó de sonar la música, nuestra guía, nuestra amiga durante tantos meses de entrenamiento, y desapareció el público, nuestra familia, los gritos de ánimo, los aplausos, apenas audibles por los latidos del corazón pero que nos dan tanto calor.

Sin embargo, el deporte por el que soñábamos, por el que nos frustrábamos y por el que vivíamos, luchábamos y caíamos y nos levantábamos una y mil veces, está ahí. Esta niebla no es capaz de esconderlo.

La lucha es difícil, muy difícil. ¿Cómo mantener un amor al que no puedes abrazar? La respuesta está en nuestro corazón. Mientras mantenga su pulso sobrevivirá. La rítmica no se ha ido porque forma parte de nuestro ser, de nuestra esencia.

¡Que gran reto para las gimnastas! Hay una competición después de esto. Hay un tapiz que espera. Un público que llegará, poco a poco. Pero sobre todo, hay una ilusión, una pasión que llevamos desde niñas, contra el que ningún virus podrá. Esa es nuestra lucha. Porque este fue, es y será siempre nuestro deporte y nos lo demostráis cada día.

¡Bravo gimnastas! ¡Ya queda menos!

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